lunes, 18 de marzo de 2013

CAFE OLIVER y LA KITCHEN

En esta ocasión vamos a comentar las visitas que hicimos a dos restaurantes muy próximos entre si, reseñando que las ambas visitas las realizamos con reservas y promociones de EL TENEDOR.

El primer comentario que suscitan ambos restaurantes es la dificultad para llegar a ellos en coche y aparcar. Hay varios aparcamientos cerca, pero ¿casualidad? ninguno con plazas libres los dos días que nos hemos acercado, y los restaurantes no cuentan con servicio de aparcacoches.

El primero que visitamos fue CAFE OLIVER. Está en la calle Almirante, 12 de Madrid. Fuimos el miercoles de hace 3 semanas porque habíamos pasado por la puerta y nos pareció agradable.

Este restaurante tiene la curiosidad de que fué abierto por el actor y cineasta Adolfo Marsillac, para posteriormente cambiar su nombre desde que lo regentan sus nuevos propietarios; y es sitio habitual de actores, cantantes y personas de esos "mundos". La decoración es la de un antiguo cafe, de esos que tenían tertulias, con sabor bueno a "viejo", donde ir a leer un periódico o un libro con un cafe.

Pero, entrando en lo que nos interesa, la cena no estuvo acorde con las expectativas, no nos impresionó. Quiza fuera porque ibamos con las promociones de EL TENEDOR y el servicio, que lo sabe, se relaja: el camarero que nos atendió en primer lugar desapareció, literalmente, en mitad de tomarnos la comanda fué sustituido por otro de sus compañeros, porque el primero se cambió de ropa y se marchó deseando al personal del restaurante "buenas noches". Así el segundo camarero nos volvió a explicar lo que ya había hecho el primero, nos volvió a recomendar los platos del día, las especalidades, etc.

De los platos que nos sirvieron hay que destacar, sin alharacas ni fuegos artificales, las anchoas y la hamburguesa. Sin embargo, el foi-gras y el magret de pato no fueron de nuestro gusto y, por lo tanto, su precio no se justifica.

Respecto a los postres, pedimos la bomba de chocolate, que por su calidad y cantidad igualmente no justifica su precio (7€).

Pero lo que nos decidió a no volver, independientemente de que sin las promociones de EL TENEDOR es un restaurante caro, con pobre relación calidad-precio y sin un servicio acorde a sus precios, fue el desagradable olor a cloaca, a humedad que viene de la planta baja del restaurante, de la zona de los servicios. Es una circunstancia que desagrada en extremo y más si la mesa que te corresponde está pegada a las escaleras de acceso a los mismos (la nuestra no lo estaba y se notaba).

Antes de pasar a comentar La Kitchen, no me resisto a realizar un comentario: me parece una falta de respeto hacia los clientes que estabamos en el restaurante que el personal del mismo estuviese preparandose su cena en una mesa contigua a la nuestra (separada por un trinchero que está en medio de la sala), contando anecdotas en voz alta y criticando a uno y a otro. Quiero pensar que eso no lo hacen habitualmente, sería que era miercoles y no había mucho cliente ni mucho trabajo.

LA KITCHEN está a escasos 50 metros del anterior, en la calle Prim, 5 de Madrid. Teniamos ganas de ir, habíamos visto recomendaciones y críticas en diversos medios y nos pareció interesante.

La sala tiene forma de bóveda, de bodega antigua, con dos alturas, a simple vista agradable. En este caso no parecía que los camareros supieran que ibamos a cenar con las condiciones de EL TENEDOR: fueron atentos, obsequiosos y correctos en todo momento, siempre con una sonrisa y dando muestras de una gran amabilidad.

Comenzamos con un buen torchon de foie gras que estaba aderezado con frutos secos y reducción de modena, y, en mi caso,  continue con una de las recomendaciones de la carta, la carrillera de ternera, preparada estofada con vino y queso parmesano. Me gustó mucho.

Mi pareja tomó en segundo lugar una de las 2 hamburguesas que están disponibles en la carta, que no quise probar porque tenían tan buena pinta que volveré a probarlas.

En lineas generales nos pareció que La Kitchen es un restaurante que es recomendable, y más si vas con las condiciones económicas que te proporciona El Tenedor o cualquiera otra empresa de promociones en restaurantes; e incluso, para celebrar alguna ocasión romántica si no tienes la precaución de acudir con la reserva hecha con anterioridad y promocionada: la calidad-precio es buena.

En ambos casos tomamos vino tinto por copas (tal y como están las cosas con el precio de los vinos y con las autoridades del tráfico rodado no es conveniente tomar una botella de vino entre dos personas si tienes que volver a casa conduciendo), lo que abarató bastante la cuenta.

Saludos.

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